Violencia de Género: “Hay que aislar al agresor y no a la víctima”
05-10-12 / 17:25
Indicó a Radio Universidad la abogada e investigadora de la UNC, Gabriela Robledo. Ayer hubo un nuevo caso de femicidio en Córdoba por parte de una ex pareja que tenía orden de restricción.Hoy, tras conocerse que el asesino de Mariana Torres contaba con una restricción que le impedía aproximarse, los fiscales pidieron al Tribunal Superior que defina como delito la violación de tal prohibición.
María Esther Cafure de Battistelli, integrante del TSJ, indicó que, ante las críticas por la no aplicación del pedido de restricción, consideró que es un recurso que no se aplica correctamente. "La restricción es una orden tanto para el agresor como para la víctima", señaló, equiparando las responsabilidades ante las reincidencias.
Sobre estas declaraciones, Robledo consideró en el programa Nada del otro Mundo que "las declaraciones de la doctora Cafure de Battistelli son dos cosas de la misma problemática. Por un lado, empoderar a la víctima y que tenga asistencia psicológica; pero, por otro lado, cuando está declarada la orden de restricción es porque está en peligro inminente la vida y la seguridad de esa persona".
"No cumplir una orden de restricción no configura un delito en el sentido del Código Penal, no está tipificado como tal", precisó la abogada investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba.
Pero propició que "es deber de esos funcionarios públicos, que dictaron esa orden de restricción, hacerla cumplir" y agregó que "una de las posibilidades que tiene la víctima es llamar a la Policía cuando se está por violar la orden de restricción".
"Si ya fue violada la orden de restricción, es deber de los funcionarios públicos tomar alguna medida para hacer cesar ese hecho. Una de las medidas puede ser la prisión preventiva. No aislaría a la víctima sino al agresor", sostuvo.
Por último, la especialista en género y diversidad concluyó que "si se me aparece en la puerta de mi casa, no hay empoderamiento que valga, hay que apelar al Estado".
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El 68% de las víctimas de violación son nenas
Datos oficiales. En los 247 abusos con acceso carnal denunciados en la ciudad de Córdoba, 169 son niñas y adolescentes menores de 16 años.30/09/2012 00:00
Según datos que fueron proporcionados por Estadísticas de la Policía Judicial, de un total de 1.574 casos de abusos sexuales que fueron denunciados en la Unidad Judicial de la Mujer y el Niño durante el año pasado, 1.037 de las víctimas son de sexo femenino, de hasta 16 años de edad. Es decir que en la ciudad de Córdoba y alrededores al menos el 65 por ciento de las víctimas de la violencia sexual son niñas y adolescentes.
El porcentaje crece si se toma en cuenta sólo las violaciones (abuso sexual con acceso carnal) denunciadas en la ciudad de Córdoba, delito en el cual el 68 por ciento de las víctimas son niñas y adolescentes.
Grupo de alto riesgo. Las niñas son el grupo etario más vulnerables frente a los delitos de violencia sexual (todas las tipificaciones); y de las estadísticas se desprende que los abusos son más recurrentes cuando las pequeñas tienen entre 5 y 12 años: hubo 355 denuncias en las cuales las víctimas tenían entre 5 y 8 años; y se abrieron 334 sumarios con víctimas entre
los 9 y los 12 años
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Varones, también. Del total de víctimas en hechos denunciados en 2011, 1.421 fueron de sexo femenino y 154, de sexo masculino. Entre los varones se repite el perfil de las víctimas: 114, el 74 por ciento, tienen entre 0 y 16 años.
Una violación cada 33 horas. En la ciudad de Córdoba –según lo que se llama “reloj del delito”– el año pasado se denunció, aproximadamente, un abuso sexual con acceso carnal cada 33 horas, totalizando 247 casos denunciados. La Unidad Judicial de la Mujer y el Niño recibe denuncias las 24 horas, los 365 días del año. El mes que menos denuncias fueron recibidas durante 2011 fue enero, con 15 denuncias; mientras que el pico fue en abril: se receptaron 32 denuncias.
De las causas abiertas por violaciones, en 224 las víctimas fueron nenas y mujeres. De éstas, 169 no habían cumplido 16 años al ser abusadas, representando el 68 por ciento de los casos: hay 27 víctimas menores de 4 años; 55, entre 5 y 8; 60, entre 9 y 12; y 27 son adolescentes de hasta 16 años.
Entre los varones abusados (con acceso), uno tiene menos de 4 años; seis, entre 5 y 8; siete, entre 9 y 12; y hay un adolescente de menos de 16 años.
En el primer trimestre de 2012 el porcentaje de abusos sexuales con acceso carnal denunciados se mantiene: fueron 67 casos, uno cada 33 horas y 30 minutos.
Durante la semana. Las estadísticas también indican el día de la semana en que el delito ocurrió. Así se sabe que –siempre en 2011– de lunes a viernes se registraron más casos de abusos, mientras que en los fines de semana la cantidad desciende considerablemente. Por ejemplo, los jueves fue el día en el que más denuncias se recibieron (284 en todo 2011), mientras que los domingos se registraron 123. Esto podría ocurrir porque los padres trabajan durante la semana y dejan a sus hijos al cuidado de terceros.
Estadísticas. Estos datos se analizan en el área de Estadísticas y Enlace de la Policía Judicial. En el caso de los delitos sexuales, se hace un relevamiento de sumarios, uno a uno. “Relevamos la realidad para generar herramientas que puedan ser utilizadas por los expertos para trabajar en la prevención”, dice Paulo Aguzzi, un ex policía de la Brigada de Explosivos que lleva 12 años recabando estadísticas, y que hace unos cinco meses está al frente de esta área.
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Buscar las evidencias de un delito difícil
El caso de Marcelo Sajen, el violador serial, generó al menos un avance institucional: en 2005 se creó la Unidad Judicial de la Mujer y el Niño (ubicada en calle Rondeau 258, Nueva Córdoba –foto–). Desde entonces, las víctimas de delitos de violencia sexual no tienen que ir de un lugar a otro –del hospital a Tribunales y después al psicólogo–. Allí está todo concentrado, y todas las trabajadoras son mujeres, con el objetivo de evitar la re victimización.
La Unidad se especializa en mujeres y niños, porque se entiende que ellos son las víctimas más recurrentes de la violencia sexual; sin embargo, desde el año pasado receptan también denuncias en los que las víctimas son hombres (aunque la cantidad siempre es baja: en 2011 hubo 78 hombres mayores de 21 años abusados sexualmente, el 4,9 por ciento de las víctimas).
A partir de septiembre del 2011, todas estas causas van a la Fiscalía de Alicia Chirino (Distrito 3 Turno 2). Ella decide si ordena alguna detención, si el detenido seguirá en prisión o si quedará imputado pero en libertad.
Objetivo de la Unidad Judicial. “Confeccionamos el sumario: los primeros momentos de la investigación. Debemos buscar pruebas para ver si existió lo que se denuncia, para ver quién fue el autor, cómo fue el hecho. Es muy complicado porque estos hechos no ocurren delante de testigos. Hay que preguntar bien y hacer las cosas bien completas”. Así describe el trabajo de la Unidad María José Anan, una de las dos ayudantes fiscales –junto a Milagros Gorgas– que comandan la dependencia.
Cómo es el procedimiento. Reciben denuncias. Pueden ser de boca de las propias víctimas o de familiares. Incluso, pueden provenir de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), de algún docente o asistente social o un psicólogo que nota comportamientos sexuados. También se toman denuncias anónimas.
“En caso con menores involucrados, tratamos de que algún familiar denuncie, y si no, la fiscal va a evaluar si el menor está en riesgo y se investiga de oficio. Siempre ante un posible abuso se va a tratar de investigar si realmente es así o no”, reconocen desde la unidad.
Es la única Unidad Judicial de Córdoba que cuenta con una recepcionista: “Ella ve de qué se trata, pregunta escuetamente, toma los datos de la gente que viene y comunica a la ayudante fiscal de la situación”, cuenta María José Anán.
Después, analizan si la víctima tiene que pasar por la psicóloga o no. “Hay que ver si está preparada para realizar denuncia, aveces vienen con niveles de angustia muy altos y no están preparadas para denunciar”, detalla.
A los menores sí o sí los entrevista la psicóloga: hacen un relato espontáneo, que –desde 2008 y gracias a un aporte de Unicef– es grabado con una cámara para dejar un elemento de prueba que será requerido por la fiscal. Después, la declaración será tomada en una Cámara Gessel, en Tribunales.
“Si se trata de menores, la denuncia la tiene que promover un tutor, salvo que haya intereses contrapuestos. Ellos nos anotician el hecho, después vemos cómo continuarán los pasos procesales. Los chicos generalmente no mienten”, indica Anán.
Si el delito denunciado lo amerita, a la víctima se le realizará un examen médico para constatar lesiones. Allí se le practicará hisopados genitales, anales y bucales, para preservar la prueba. “Hay veces que denuncian sólo tocamientos, pero después en el revisación se constata que hubo acceso”, explica la ayudante fiscal. Y si hubo acceso carnal, la víctima es derivada al Hospital Rawson; después declarara, cuando pueda.
A la víctima se le informa el número de denuncia y qué sumariante la va a llevar. “Ellas pueden hablar por teléfono acá las 24 horas, preguntar por su causa, tienen un trato directo con la sumariante que lleva su caso”, indica Anán.
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EL GRAN NEGOCIO DEL DIA "PARA LOS ABOGADOS"
Cuanto más ayuda en el hogar, ¿más alto es el riesgo de divorcio?
28-09-12 / 20:53
Un estudio noruego, que probablemente dará mucho que hablar, concluyó que cuanto más equitativa es la repartición de las tareas domésticas entre una pareja, más alto es el riesgo de divorcio.egún el Instituto de Investigación en Ciencias Sociales Nova, el porcentaje de divorcios en los hogares que comparten las tareas domésticas equitativamente es un 50% más alto que en aquellos en los que la mayor parte del trabajo es realizado por la mujer.
"Cuanto más ayuda un hombre en el hogar, más alto es el riesgo de divorcio", explicó este jueves a la AFP Thomas Hansen, coautor de un importante estudio titulado 'La igualdad en el hogar'.
Para los investigadores, no hay ninguna, o casi ninguna causalidad, y esta correlación es más bien un signo de la "modernidad" de las parejas. "Las parejas modernas lo son a la vez en términos de distribución de las tareas domésticas y en cuanto a su percepción del matrimonio", menos sagrada, explicó Hansen, señalando que es una cuestión de "valores".
"En esas parejas modernas, las mujeres tienen a menudo un alto nivel de educación y un trabajo bien pagado, lo que las hace menos dependientes económicamente de sus maridos. Por lo tanto, pueden hacer frente con mayor facilidad en caso de divorcio", añadió.
En Noruega, la educación de los niños se reparte generalmente de manera equitativa entre el padre y la madre (siete de cada diez parejas), señaló Hansen, quien fue entrevistado en un parque mientras se ocupaba de sus hijos.
Sin embargo, en siete de cada diez casos, las mujeres dedican más tiempo que los hombres a las tareas domésticas.
Un pastor prepara la cena en el interior de su cabaña en el valle de Queyras, en el sudeste de Francia, el 13 de septiembre pasado. Un estudio noruego, que probablemente dará mucho que hablar, concluyó que cuanto más equitativa es la repartición de las tareas domésticas entre una pareja, más alto es el riesgo de divorcio.
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El hecho es totalmente repudiable y más aún tratándose de la fecha en que ocurrió. Fue ayer, en el Día del Niño y con una pequeña como testigo involuntario de lo peor que puede pasar por la cabeza de un sujeto.
Un hombre fue a buscar a su hija a la casa de su ex pareja en la ciudad de Bahía Blanca y, tras un breve intercambio de palabras con la mujer, la tomó de los pelos y le pegó un fuerte puñetazo que la derribó, frente a la pequeña.
Un video provocó la indignación de toda la ciudad bonaerense, ya que es contundente y no deja ambigüedades respecto a la violencia de género que sufre una mujer de parte de su ex pareja.
Según el video filmado por familiares, se observa como el hombre, de apellido Bilbao, golpea e insulta a su ex pareja Natalia, delante de su hija que presenció la agresión.
El video se corta después del primer a "ataque", ya que los familiares intervinieron para evitar más lesiones. Aunque la víctima recibió otros golpes en el cuerpo hasta que llegaron familiares y algunos vecinos y los separaron.
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